La
realidad no me interesa en absoluto. Prefiero vivir en un mundo irreal, me
parece más estimulante.
Esgrimiendo la poética como arma de revolución y transformando lo cotidiano en una sucesión de instantes mágicos, este joven de 69 años manifiesta, cree y defiende que el universo está en nuestras manos.
Duane Michals nació en McKeesport, Pennsylvania en
Febrero de 1932, hijo de una familia obrera. Michals se interesó en el arte con
la adolescencia y se apuntó a clases de acuarela en el instituto Carnegie de
Pittsburgh. Estudió Bellas artes en la universidad de Denver para iniciar
después un curso de postgrado en la escuela de diseño Parsons, en Nueva York,
aunque abandonó los estudios de diseñador gráfico antes de finalizarlos.
Comenzó a fotografiar en los 50, añadió texto a sus imágenes a los 60 y, a
finales de esa misma década, comenzó a trabajar en secuencia.
En 1958 viajó a la Unión Soviética y con una cámara
prestada retrató a las personas que se encontraba. Con estas imágenes
organizó su primera exposición en a Underground Gallery de Nueva York. A partir
de entonces se dedicó de lleno a la fotografía, hasta el punto de ser
considerado uno de los artistas más importantes del siglo XX. Duane ha
realizado portadas para la revista Life, desplegables de moda para Vogue,
reportajes anuales para el New York Times, hasta campañas de publicidad para
Gap y Microsoft. Incluso se aventuró en la fotografía y diseño la portada del
album Synchronicity de The Police.
Su realidad está formada por apariencias y
experiencias asociadas a sus sentimientos. Trabaja con lo invisible, elementos
abstractos como el sueño, la muerte o el deseo. Parte del recuerdo para
encontrar nuevas formas de expresión, a la par que juega con memoria y tiempo.
El espectador debe hacer uso de su imaginación para rellenar los espacios
vacíos de información siempre presentes en sus imágenes, y al completar la
historia que Michals narra alcanzamos el Punctum definido por Barthres (cuando
una foto es capaz de marcar al espectador por su propia experiencia). Sus obras
parten de la idea, se preocupa por lo artístico dejando de lado lo técnico y
destaca el papel de emociones y sueños. Por esta razón su trabajo ha sido
considerado un ejemplo de fotografía conceptual. Influenciado por artistas de
la talla de Magritte y Balthus, Michals incluyó textos filosóficos a sus
imágenes que reflexionan sobre la muerte, el sexo y la fe entre otros temas. A
lo largo de su obra ha experimentado con exposición múltiple y ha incluido
dibujos y textos a sus imágenes. Al escribir sobre sus fotos las vuelve únicas.
Además, los temas que trata son tan cercanos a nosotros que es sencillo
identificarse con la historia que narra. Juega con la imagen mental de cada
espectador, la idea de bucle y la imagen infinita, en la que quedamos
atrapados.
Durante las décadas de los años sesenta y
ochenta, realizó toda una serie de trabajos con secuencias formadas por
5 0 15 fotografías cada uno de ellos. Apoyado en escenarios desnudos la
sucesión de imágenes muestran una secuencia que nos lleva a un mundo irreal,
puede incluso metafísico. Fue enormemente criticado por ello, desde quienes
decían que en realidad era un realizador de cine frustrado a quieren eran
contrarios a que la fotografía fuera un medio para
fijar relatos muy interiores en vez de objetos bellos
Con “Sequences” comenzó a trabajar en serie.
En esta toma trata la temática del destino, o como una elección determinada es
capaz de cambiar nuestra vida.
Alice
mirror trata sobre la magia y la ilusión. Juega a
transportar imágenes a través del espejo, sin ocultar la manipulación.

OTRAS FOTOGRAFIAS
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